Gracias a Dios y
todos los santos, se acabó al fin el peo de las elecciones y
los especiales de El Pasional sobre el tema. Volvemos a
atender los problemas cotidianos, aportando nuestra cuota al
bienestar de las masas, sin dejar pasar la oportunidad de
felicitar al presidente electo Hubo Enchave, a quien queremos
tenderle la mano desde aquí para ayudarle en lo que podamos,
pues aunque lo presidente no le quita lo macaco ni resucita a
los muertos que por su culpa fallecieron, privan los
intereses de la Patria que tanto amamos y que ahora tiene la
magnífica ocasión de sacar adelante. Así que le deseamos
mucha suerte y buen tino para que en lo sucesivo nos haga
meter la lengua en el culo de lo bien que lo va a hacer.
Sin más dilación, hagamos ciencia.
Pío y casto
Dr. Chimbín:
Tengo problemas
con mi marido. El es residente de medicina interna y siempre
me saca con sus amigotes a pasar vergüenza. La otra semana
me obligó a ir a una parrilla (se suponía que eso sería,
aunque luego sirvieron puro carpaccio) en casa de una colega,
que de paso vive en el más apartado confín, para verlo
payaseando y echando chistes para los demás, pues el muy
güevón se cree de lo más popular. Lo malo no es eso, sino
que no aguanta una piche cerveza sin quedar ebrio de bola.
Ese día se comió tres churrascos medio crudos y luego se
puso a jugar fútbol con la pea encima, pateando a mansalva a
los demás, rompiendo seis materos de barro, un farol y dos
rosales. No pasó mucho antes de verlo tirado en el piso,
obnubilado, jadeando y con la cara verde "Tengo ganas de
hacer wafles, tengo ganas de hacer wafles..." hasta que
salió corriendo al baño y los hizo. Además se le aflojó
la cagalera y llenó la poceta de mierda y carne semidigerida
hasta el tope. Por supuesto que en tan lejana ubicación como
la casa en que estábamos, no puede llegar el agua. Así que
tuve que ir personalmente a acarrear tobos de agua para
bajarle la gracia y limpiarlo. ¡Qué deshonra! Y para colmo
le sacaron una foto con el culo embarrado. Dígame usted, Dr.
Chimbín, si hay derecho a que yo ande como una marginal de
cerro cargando pipotes de agua y calándome a un esposo
borracho. Eso no es lo que yo esperaba para mi vida. ¿Qué
puedo hacer con semejante bicho?
Sra. Silicia de
Malqueriere, 26a (Av. Fuerzas Nalgadas, al lado del Hotel
Cacique (pá mas vaina me trae a vivir a este antro))
La
imagen habla por sí sola.
Qué problema con
estos borrachópatas impertinentes, agarran una petanera y se
olvidan que tienen familia. Su marido es una carga para la
sociedad, esos carajos no tienen remedio, ni siquiera
Bucólicos Antónimos logra quitarles el vicio. Pero no
desespere que no está todo perdido. Cuando el tipo ese que
funge como su marido vuelva a embriagarse y se ponga
ladilloso, dele 4 pepas de Diazepam (u otra benzodiacepina;
mientras sea de acción más prolongada mejor) y otras tantas
de fenobarbital, eso lo mantendrá tranquilito, verá que no
le hará pasar más vergüenzas. Por las dudas no estaría de
más que tomara también metronidazol, no vaya a ser que la
diarrea sea infecciosa, solo recuerde darle 3 ó 4 veces la
dosis habitual, pues los alcohólicos tienen el hígado
pachucho y el metronidazol actúa sobre este órgano.
Soy un
reconocido y alabado médico, jefe del mejor servicio de
medicina interna que hay en Venezuela. Le escribo porque
tengo una severa inquietud acerca del personal de mis salas,
específicamente de las doctoras del servicio. No sé que
carajo estará pasando pero a las mujeres de este servicio
les dio por romper las puertas a patadas. Hace unas semanas
una simple interna de pregrado reventó de una poderosa
patada la cerradura del cuarto de los internos, porque se le
había quedado la cartera (contentiva entre otras cosas de
las llaves y un dildo) adentro. Por la misma época una
residente (y R1 pá más vaina) tuvo el descaro de patear de
forma inmisericorde la puerta del cuarto de residentes hasta
derribarla, en medio de un ataque histérico, a pesar de que
las enfermeras y los mismos pacientes vinieron a ver qué
pasaba e intentaron inmovilizarla. Y mire que la puerta
tumbada está en todo el frente de mi oficina. ¿Será que no
hay respeto para los jefes de servicio? ¿Ahora la moda es
dejar las llaves del lado de adentro y luego echárselas de
obreras de demolición para rescatarlas? ¿No saben que luego
soy yo quien debo responder por esas puertas? ¿Es que el
posgrado no les ha servido ni para aprender a abrir una
puerta con una radiografía? ¿O es que no había ni una
radiografía en ninguna sala? ¿Qué coño les pasa a las
mujeres del servicio?
Dr. Tubuliel
Cargas Arenas, 55a (Hospital Psiquiátrico Napo Buenaparte)
Estimado colega,
solo le puedo recordar que en el hospital no hay
disponibilidad de radiografías desde hace meses y los pocos
pacientes que logran pagar una en un centro privado no van a
dejar que venga un(a) coño é madre a jodérselas tratando
de abrir una puerta. Por lo demás está demostrado que la
incidencia de todo tipo de enfermedades de la psiquis es
muchoquejodemásfrecuente en mujeres que en cualquier otro
animal, así que la culpa es de los que hacen los test
psicoprofilácticos de admisión y pelan esos diagnósticos a
la hora de admitir residentes, peor aún en el pregrado que
ni los hacen. Por último, gracias por el adjetivo pero en El
Pasional la única contoneada es nuestra modelo de los avisos
Clasificados.
Hiperfértil
Dr. Chimbín:
Soy una joven
médico en ejercicio, que para colmo de males padece de
hipotiroidismo y sd. de Stein Leventhal (ovarios
poliquísticos para los más bestias). Por estas razones
suele venirme la regla una vez al año, si acaso. Debido a
esto también, he considerado como método anticonceptivo (si
cabe usar alguno) el "coitus interruptus"
("... sácalo papi que me vas a acabar adentro
coño..."). Resulta que desde hace 5 meses y medio vengo
padeciendo de extraños síntomas. He notado que a pesar de
una estricta dieta que estoy siguiendo, consistente en comer
una hoja de lechuga en el desayuno, una hoja de acelga en el
almuerzo y una hoja de repollo en la cena, he aumentado 12
kilos. También he tenido muchas náuseas y vómitos. A veces
me dan una especie de retortijones en el vientre y no aguanto
las ganas de comer anchoas con mango verde. En vista de tanto
síntoma gastrointestinal, decidí acudir a una gastróloga,
la Dra. Maqui Rita Ahre, quién me practicó un ecosonograma
abdominal, concluyendo que no tenía nada, aunque le llamaba
la atención que tuviera la vesícula empotrada en el
mediastino, "empujada por una cosa rara que viene desde
la pelvis". Al pasar los meses he mejorado, creo yo que
gracias a tanto omeprazol, pero sigo engordando. Una amiga
cirujana me dijo que podía ser uno de los quistes del ovario
"que a veces crecen mucho, mucho, muchote". Un
adjunto de mi servicio (médico internista) me comentó:
bueno chica, todos los hipotiroideos engordan, ¿no sabías?.
Un psiquiatra conocido, novio de otra compañera, me
advirtió que mi preocupación por la gordura podía
significar un problema de aceptación, al estar agobiado mi
Yo por el Superyo coño é madre. Tomé Zoloft® como me
dijo, pero sigo cada vez más gorda. ¿Qué cree usted que
deba hacer?
Dra. Yaseame
Franco, 30 a (Terrazas del Grávida, He Estado Mirando)
¡Pol Diox! séame
franca usted ¿esta carta no es jodiendo?; como sea le
aconsejo que se compre la ropita amarilla, no vaya a ser que
alguno de sus colegas (sobre todo la del eco) se ponga a
decirle el sexo de la criatura y usted le haga caso. Y por
favor, si siente un bulto saliéndole por la chocha, no crea
que es que un quiste le creció, se le torció y se le fué
pá bajo, no piense que es un trastorno menstrual tipo regla
solidificada por el hipotiroidismo, y no medite sobre un
posible desajuste de la líbido por un complejo de Edipo
malsano, ¡ESTÁ PARIENDO COÑO, VAYA A UN OBSTETRA!
